Había una vez una joven que tenia de todo: hijos perfectos, un marido maravilloso, un buen empleo que le daba muchísimas gratificaciones y una familia muy unida. Lo extraño es que ella no podía conciliar todo eso. El trabajo y los quehaceres la ocupaban todo el tiempo y su vida siempre era complicada en algunas áreas. Si el trabajo le tomaba mas tiempo, ella tomaba tiempo de los hijos, si surgían problemas, ella dejaba de lado al esposo para tener mas tiempo para resolverlos, y así las personas que ella amaba y sus necesidades pasaban a segundo lugar para más adelante.
Aprende...
El día que tu aprendas a perdonar tus propios errores, podrás perdonar a quien más te ha herido, y comprenderás que tal vez mas daño hiciste tú y ese alguien aún no te ha perdonado.
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